Auto y vivienda SAMART/Swatch&BMW
–-Che…que le haces al aparato? –le preguntó, señalado su pequeño fetiche, un Ipod recien estrenado.
Ella respondió:
–Lo uso!.
Contestaba con correcion. La lógica del nuevo bicho que se consigue por 450 dolares en los Estados Unidos y unos 600 en Buenos Aires, es solo una interfaz. ¡Sofisticadísima! Pero interfaz. “Conexión física y funcional entre dos aparatos o sistemas independientes”, define interfaz
Toda la cultura material en un determinado espacio estimula una relación de uso, de apropiamiento por parte del cuerpo que podriamos llamar glamour de uso. Los gestos y glamoures fueron un punto de suma atención para la nueva clase ociosa burguesa de la era industrial. Poco a poco la identidad de clase llegó del uso de joyas y piedras preciosas, luego los relojes, pero lo que vino a consolidar la distincion fue el auge en el diseño de instrumentos musicales para la producción de sofisticada y novedosa música. Aprender a tocarlos implicaba habilidades motrices finas. Luego introducir nuevos alimentos al menú europeo implicó el desarrollo de herramientas, utensilios, modos y ademanes. Conocerlos y hacer uso adecuado de ellos en un complicado ritual al que se asistía por horas representaba la evidencia de un nivel de formación y experiencia alcanzadas en aquel juego de apariencias.
Más de tres siglos después la novedad se puede ver y escuchar en internet. El reacTable es un instrumento musical electrónico colaborativo dotado de una interfaz tangible basada en una mesa, e inspirado en los sintetizadores modulares de los años sesenta. Múltiples usuarios simultáneos comparten el control total del instrumento moviendo y rotando objetos físicos sobre la superficie de una mesa circular luminosa. Fue desarrollado por el Grupo de Tecnología Musical de
El Iphone y el reacTable, nuestras tecnoprotesis con avanzadas interfases, redescubren al cuerpo humano real al permitirle movimientos lejanos a los precarios obligados por las maquina y las limitaciones binarias –ON/OFF-, interpretando información venida de un mayor numero de sensores inputs con los que cuenta nuestra microtecnologìa. Esos sensores de temperatura, luz y movimiento le facilitan a la maquina percepciones de su entorno limitado, que casi como a una ameba, responde con impulsos de información que archiva dentro de su programación.
Nuestros cuerpos aligerados de la pesada carga recrean gestos, ademanes e interactúan en el espacio casi virtual en medio de una colectiva privacidad. Manoteamos en el subte, hablamos al vacio y hacemos pases mágicos frente a compañeros en nuestras oficinas como Harry Potter husmeando en esferas de cristal. Tambien “danzan” en medio del living mi amigo y su hijo mientras sus clones virtuales disputan un match de tennis, con los joysticks inalámbricos en las manos.
1 comentario:
raul, que rico poder leerte.. me senti como en clase otra vez!!
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