Así rendían homenaje y expresaban su tristeza miles de admiradores y fashionistas que en cuestión de minutos se enteraron de la trágica muerte del alucínate creador londinense Lee Alexander McQueen el pasado jueves once.
Reconocido como genio desde su desfile de graduación del afamado Central Saint Martins en 1994, se convirtió en una de las figuras más destacadas de la escena de moda londinense. Una década después era ya un VIP y posaba enmagrecido para los medios con Naomi Campbell y Kate Moss, infaltable diva. Fue McQueen quien cerró su desfile de primavera-verano de 2006 en París con el lema Te queremos Kate impreso en una remera negra, cuando hervía el escándalo que suscitó la publicación de unas fotos en las que se veía a la modelo esnifando cocaína.
Sus lineas en principio cercanas al estilo Thierry Mugler con sus formas angulosas de los 80s pronto se redondearon hasta recordarnos el new look de Dior en reloj de arena y faldas pencil estrechísimas. Otra ves estudió a Balenciaga y así conocía bien a los maestros que mezclaba con geishas, drags y boudoir, en alucinantes performace.
En el 99 sobre el escenario, brazos robotizados danzaron y pintaron el traje de la modelo que giraba como en cajita de música en una magistral obra del arte multimedial.
Siempre fantástico y poético su carrera se tejió entre las nuevas tecnologías y los oficios milenarios mientras los cybermedios seguían día a día en streming “su privacidad.”.
Siempre innovador de nuevo fue Kate su musa y quedo inmortalizada como primera modelo animada en hologram. Así la vieron levitando entre fluidos azules celeste brillar para desaparecer hecha estrella, proyectada con lasers al interior una pirámide de de cristal repleta de gas, en la semana de la moda de Paris del 2006.
Fue un frecuente colaborador de músicos, vistió a Björk en la portada de su álbum Homogenic, y de su ultima colección
Toda una marca inglesa en las grandes ligas del lujo, como McQ. había firmado con Gucci -lo que le aseguro la distribución en casi 40 países- y ahora el poderoso grupo “no sabe si participara” a pocos días de la próxima semana de la moda de Londres. Anecdotico se repite la historia de hace tres años cuando la muerte de su amiga y mentora Isabella Blow, enluto el evento. El “enfant terrible", el "hooligan de la moda inglesa” -por su reconocible cabeza rapada-, recibió en octubre de 2003 el título de Comandante de
El Kaiser Lagerfeld dijo al entrarse de la desaparición del reconocido “maestro del drama y amigo de la muerte”, “Tanto trabajar con lo oscuro puede llegar a seducirte” y otra fan de los miles de jóvenes fashion victims y cosplays asiáticas “Es una tragedia para alcanzar la eterna juventud”. Mientras, se especula en los medios sobre un suicidio a raíz de sus depresivos comentarios en tiwtter, después de la muerte de su madre la semana anterior.
!God save The Queen, God save McQueen!
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