Despellejar, así se dice en México para cuando a base de chismorreos y comentarios se acaba la identidad del otro. Ahora literalmente los narcos lo hacen con sus victimas en algo como retirar la identidad y dejar al otro en pura calavera y ultima verdad.
Esta primera década –tan terrorista- del nuevo milenio ha estado cargada por un imaginario sobre la muerte que hemos visto reflejado en la moda calaveresca y que ya va para su séptima u octava temporada, posiblemente en un declive en ventas por saturada y “demode”, de lo que ni la muerte escapa.
Las elegantes y sofisticadas “pelonas” británicas marcaron el retorno de la estructura ósea como referente e inspiración que un siglo antes también sedujera a los impulsores del Art Nouveau francés y que tanto reconocemos en el mobiliario que recuerda a cóccix, caderas o fémures sin gesto, pero claramente orgánicos estilizados y resistentes. De lo ingles el estilo dark o gótico McQueen acompañó al de Tim Burton, este con mas humor. Y en una jugada que el arte contemporáneo no acaba de digerir, la versión en platino y diamantes de una calavera maya recubierta en jade llamada "Para el amor de Dios" de Damien Hirst, se vendió como la obra de arte mas costosa de la historia, financiada por los ahora célebres propietarios que conforman es exclusivo holding financiero que renta del genio, salpicado por los escándalo de los diamantes de sangre de África. Tan mediática y controversial ha sido toda esta jugada que bien la podríamos ubicar en el listado de las mas pop que lidera la globalizada calavera con orejas Mickey Mouse en esténcil que veloces los orientales replicarían kitsch en sus t-shirts pronta moda, saturadas de tachas y cristales. Ya que versiones ancestrales orientales poco conocemos y tradicionalmente de ese lado del mundo con la muerte…no se juega!...je je je je. De este lado si y se ironiza tal vez como icono de la única seguridad “en medio de tanta inseguridad”….algún día vamos a morir!


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