miércoles, 2 de febrero de 2011

Bibliotecas

                       Biblioteca Virgilio Barco, diseño de Rogelio Salmona, Bogota
Conocí en la Medellín narco de los 80s libreros que vendían enciclopedias por metros o colores de lomos para decorar las casas de la mafia.  Por fortuna aquí valen por moneda de cambio pero prevalece el afecto personal.

Unas décadas tal ves pasaran antes que consideremos piezas de museos a los queridos libros ahora que el objeto de moda de esta navidad es la iPad y en pocos años serán muchas versiones de las pantallas táctiles asequibles que hoy se consiguen por U$900.  Su uso modificara nuestro hábitos, costumbres  y glamoures al leer e interactuar en la era digital.

Tres han sido hasta ahora los cambios de era generados por los humanos: la invención de la escritura, luego la imprenta y bienvenida la web.  Los científicos datan que las bibliotecas han acompañado a la humanidad desde el 2400 a.C y los pueblos de Mesopotamia archivaron sus tablillas de barro. Hace poco vimos una recreación hermosísima en la película Agora -Alejandro Amenabar 2009- de la antigua y mítica biblioteca “hija” de Alejandría en Egipto. La famosa biblioteca “ madre” desapareció entre el fuego criminal causado por egipcios o romanos, cristianos o musulmanes ya que históricamente de culpan mutuamente por la desaparición de gran parte del conocimiento del mundo antiguo.  Pero ni hablar de las quemazones de libros entre las revoluciones y dictaduras del siglo XX.  Eliminar el conocimiento es dominar.  La UNESCO inauguro una nueva biblioteca en la misma ciudad en 2002
Del medioevo, la descripción de la forma del laberinto de la rosa de Umberto Eco -1980-  resulta un reflejo de su oscuro tiempo y la prohibición del saber. Fueron los frescos pasillos de las bibliotecas refugio para muchos de nosotrxs durante los temidos recreos de secundaria y cuando la cabeza se puso que hervía con la pubertad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

si señor es la biblio santo lugar profanador e indiscutible fuente de extrañas horas si crepusculares como albas sosegadas por un ultimo alito de labor...e incluso hoy q tambien hemos tenido la fortuna de recorrer un espacio salmonesco este ser logro impactar al ciudadano con simples esencialidades las q nunca trascienden salvo en las mentes iniciadas...buen texto y me alegro leerte,mauricio marin

Raul Trujillo Henao dijo...

Gracias...me alegra saberte bien y tan critico como te recuerdo.

Abrazo!