Como anticipando el carnaval, por los pocos stands que hacen de antesala a las dos pasarelas donde se presentaron en mas de veinte desfiles las propuestas para el próximo otoño invierno, se pasean los seguidores Gaga freaks. Atrayentes imágenes bizarras del bastard pop que apenas rozan el mundo físico pero aqui no hay glamur ni red carpet ni una copa de champán así fuera local pero si se logran los registros del avatar para una vida on-line, donde todo parecerá fiesta, profusión y arte, arte, arte como conjurara hace cuatro décadas la visionaria papisa Menujin. Entre la foto robada a la estrella fundida del gran hermano y el gesto de asombro colectivo al recibir todos el twit de los fashionistas más seguidos, revolotean extravagantes, lánguidas siluetas de hombreras puntiagudas con piernas alargadas trepados en coturnos como figurines. Pareciera que para todos hay algo allí donde la indumentaria se hace espectáculo y todos quieren aprovechar, “Esto es un espectáculo comercial, es un desfile con condimento como los de Angels de BS y no conceptual” afirma el replicador Sharkani, después de un show donde desfilo una teen angel, las chicas con trajes de lineas de luz estilo Thierry Mugler para TRON y los mediáticos posaron en primera para la prensa….casi toda local. Poco cubrimiento de no ser por los ciber blogers que renovaron con twitter su nueva función de editores para la red social, al ingreso y de regreso, nos venden electrodomésticos cool.
Decaídas las semanas de la moda planetarias se achican, valoran lo propio y exploran lo original como antídoto ante la temida recesión tejiendo también en la web. Las grandes casas europeas seducen con colecciones de riqueza en materiales y propuestas de estéticas entre lo folk y lo net, productos todos elaboradísimos en un grado de lujo y soberbia donde se reinventa el pasado para los medios y en la tiendas se venden los clásicos “in Black”. Aquí y en reflejo, la celebración de una década de diseño de autor paso casi desapercibida entre tanto arte o hartarse de ver animal print –pitón y leopardo-, encajes, pieles, vuelos y volados, tacos envolventes, polainas plumas, tejidos, lentejuelas, todos lo mismo en carrusel por los desfiles de las marcas que saturan la grilla con sus looks de estilista para catalogo on-line.
Muchas de las nuevas clientas –mas del 90% de asistencia femenina- que llegan para ver como horda clonada a llenar las gradas hasta atestarlas sin ninguna consideración, se ven reflejadas en las modelos que desfilan evoluciones concertadas de los que su guardarropa ya tiene. Los abrigos aunque presentes dieron paso a un diverso juego de capas sobre capas de sacos y sacones, vestidos y maxichalecos, el otoño invierno será de sumar y contrarestar. Mucho de esto, mejor un poco de aquello y detalle de mas allá. Pocos pantalones en general entre tacos, polainas, leggings y faldas se logra más.
Abrió Ramírez lo vimos en marketinero encargo para chocolate de Sancor que a su exquisita manera recreo el cuento con una pasada de caperuzas y capotas rojas sobre sus clásicos en negro, muchas de las prendas y accesorios en cuero con su lenguaje BDSM soft. La trama, dos caperucitas una rubia y la otra morocha –pero las dos blancas como porcelana- se pelean cuchara a cuchara un bocado del chocolate del sponsor, creí que al menos un beso de chicas cerraría la parodia del duelo para una buena bomba mediática, pero no. Cinco minutos de cuentito para aterrizar aturdido por el ruido que marca el ritmo donde proponen los jóvenes talentos del semillero UBA con la fuerza del ciberpunk o el preciosismo arqueológico de las deconstrucciones de los “seis de Amberes” con apariencias de guerreros de videojuegos u operas galácticas.
Un maestro Churba se da gusto y Retrotramando refleja la expansión del talento que late vital como corazón de el laboratorio creativo que es diez años después Tramando. Corazón que late como el redoblante y chispea como los platillos que la diva-musa baterista y maestra de tap Romina DÁngelo, ella imprime frenética a la escena un espíritu del futuro. El director Juan Poclava -desarrollo videos para las campañas on-line de Tramando, ver art couture y el lookbook del verano 011- también en escena, desde una casilla como caja mágica ubicada en el centro, da entrada y salida a música, imagen y un sinfín de chicas de cara un tanto insípida que circulan abstraídas luciendo tal como en un timeline del perfil de FaceBook donde se ven los looks posiblemente armados en un rincón del atelier que ahora pareciera recrearse para todos en la pasarela. Deconstrucciones envolventes de sacos tipo smoking que hicieron de solapas anchas hasta volados y arandelas, calzas de cortes deportivos en dos tonos y texturas, chaquetas entalladas con recortes en formas geométricas y aerodinámicas, pantalones texturados en escamas, babuchas, cardigans y los reconocibles arneses de tejidos con trenzas que sobre blusas y vestidos de gasa dan la apariencia a estas guerreas del futuro tribal. Fiel a su estilo, apostó a mezclar estampas y jugar con las formas y los volúmenes. Su paleta estuvo definida por los colores ahumados en su mayoría metalizados.
Minimal y un tanto militar lucieron los cueros argentinos como segunda piel de hombres de rostros bruscos y apariencia pulcra de los Hermanos Estebecorena HE. Looks sports y sastrería en básicos smart que se vieron primero a través de una pantalla circular en el medio de la pasarela a modo de lupa. Urban Kit con una referencia militar en bolsillos, chalecos de hombros anchos casi hombreras y un lindo juego de ideas sobre la camisa y el pantalón de montar que al llegar al piso taconea sobre suelas duras como tango con botas y botines de formas vintage.
Vicki Otero con aire folk la pasarela se hizo la oscura noche de la inmensa pampa animada por foquitos que parecen de feria de donde sale una matrona de esas pioneras un tanto dominatriz, botonada hasta el cuello con en su inmenso luto negro que pronto otras mujeres acompañan y la escena se llena de mujeres con delantales y pollerones, chalecos y vestidos cruzados, una o dos llevan camisas con volados como las institutrices pero son tan grandes que al caminar parece una inmensa flor que al viento va. Casi ponchos, sombreros con mantos como los gauchos en velada, porque tal ves era de zamba y no de peña la sensación de amanecer. Los productos con sus cortes y costuras impecables y retienen el saber hacer de taller de tradición en su familia donde se hicieron pijamas y camisas para señor.
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