Sticker

 Parece que algo se quedo entre el tintero de los post-it de hace unas semanas y el tema de los adhesivos da para mas.  Los maestros, del arte y las escuelas primarias bien duchos nos dejaron en el concepto de collage y el recurso de cortar y pegar para recomponer una imagen, una visión.  Se considera que fue Picasso quien inventó el collage en 1912 con la pintura “Naturaleza muerta con silla de rejilla”, está en discusión si fue primero el o Georges Braque pero ya desde los 60s a lo chicos se les presento la posibilidad de hacer una pegatina para expresarse, también llegaron las primeras calcamonías que se adherían con agua para ampliar la oferta de posibilidades,  parecía que había ya tanta imagen impresa disponible que estaba fácil recortar y pegar para quien no se animo a ilustrar.  A partir de los 80s con el empoderamiento de la cultura pop, los stckers -del inglés to stick, pegar-  inundaron nuestras vidas. Han servido para relatar, nombrar, personalizar, marcar o en el mejor de los casos servir de estrella cual medalla de honor  en el pecho del abanderado del día de hoy.  

  Pegatinas o pegatas se consideran parte del street art.  Es toda una gran industria la de imprimir y cortar adhesivos hoy.  Recuerdo cuando hicimos el estilario de Andy Mc. que fue de anotar su vestido que en parte se componía por celofanes,  plumas y adhesivos fijados directo a la piel.  Los tatoos adhesivos son divertidos y son vitrina hace años del mercado streetwear.  En decoración de interiores y exteriores, se emplean los elaborados a base de vinilo con un adhesivo pegado a una película que le sirve de soporte y se retira una vez instalado.  Primero en las vidrieras, hoy están disponibles en packs para apropiarse sin tanta creatividad como Andy del living de nuestras casas. 

  En las grandes megápolis productoras de fenómenos de arte y en especial desde Sao Pablo una de la mas “marcadas y garffiteadas”, el “sticker art”, conocido como bombardeo de etiquetas -aquí seria como tener un malón de etiquetado- es una forma de arte callejero, un arte de guerrillas urbanas y parkours. Ya tenemos algunas versiones de estas pegatinas públicas,  los vemos por Corrientes aflorara entre los flyers y tarjetas de postitutas como pétalos de argaritas para ser calveados por los posibles cleintes.  Ya son otra capa que se yuxtapone y suma a pintadas y esténcil, pero las pegatinas son desmontados por las cuadrillas de aseadores de gomas de mascar y adhesivos.  Ellos con cepillos y cuchillas desprenden tanta “etiqueta o tags”, contratados por el gobierno de la ciudad.  Ellos retiran un piel que semana a semana cambia, como una “carátula” de temporada que hace a la identidad de la ciudad como un antifaz.